Ya se terminó la segunda semana de nuestro curso intensivo de formación. Una semana llena de “cosas”, reflexiones y estudio.
Hay típicos momentos que prácticamente siempre tenemos en la segunda semana. Primero es cansancio. El curso de formación no son vacaciones de yoga. No es tiempo relajadito cuando haces lo que te apetece. El curso de formación exige muchos esfuerzos en todos los sentidos. Hay mucho estudio y relativamente poco tiempo. Las clases físicos son dos veces al día. Convivencia con otra gente tiene lo suyo. Y normalmente todas estas cositas se acumulan y en la mitad de segunda semana los alumnos empiezan sentir cansancio. Luego se abre otro respiro y tercera semana pasa rápido y sin tantos esfuerzos. Ya todos se acostumbran con nuestro ritmo y, normalmente, al final de tercera semana todos van a tener como las alas en la espalda y van a volar a la vez de andar. Pero ahora, al terminar la segunda semana, la gente está cansada y este domingo, que tenemos como el día de descanso, nos viene muy bien a todos.
Desde punto de vista de estudios tenemos en la segunda semana algo especial. Durante de la primera mitad del curso los alumnos aprenden dar la clases básica de hasta yoga. Y en la segunda mitad del curso alumnos aprenden un método para transformar la clase básica en otro tipo de la clase para conseguir ciertos objetivos. Uno de los objetivos, que vemos como muy importante, es poder hacer diferentes clases y no hacer siempre la misma. Otro objetivo es hacer clase temática. Puede ser cualquier tema – hacer la clase para desarrollar un chakra, la clase dirigida a apertura de la cadera, dolor de cabeza, espalda, cuello, etc. En un curso había una situación curiosa. Estuvimos terminando el curso y para que los alumnos se entrenan elegíamos cada día un objetivo nuevo. Y en un momento mi creatividad se bloqueó y no podía encontrar buen objetivo para trabajar. Entonces pregunté a los alumnos, que quieren trabajar. Y de repente una chica dice: “Quiero formar la clase para aumentar mi propia economía” En primer momento todos nos ponemos a reír. Pero luego pensábamos con la cabeza fría – ¿de qué depende la economía de una persona? Pues, la respuesta está en las cualidades de esta persona. Fuerza de voluntad, autoestima, disciplina, la claridad mental y
algunos más de la misma línea. Y para desarrollar estas cualidades, sí, se puede aplicar el mismo método de transformación de la clase básica. Al final hemos desarrollado una tabla de la clase para trabajar estas cualidades y tuvimos la clase con el objetivo de mejorar la propia economía.
Otra cosa que ocurrió en esta semana – una alumna abandonó el curso. Como ella misma decía- siente que el curso no es para ella. Y tiene totalmente la razón. Practicar yoga, venir a las clases de otros profesores – es para toda la gente. Practicar yoga es algo maravilloso que puede ocurrir con una persona. Pero el curso de formación y luego el yoga como tu profesión, no es para todos. Pero es lo mismo como con cualquiera profesión. Cada profesión exige sus cualidades. Paciencia, tranquilidad y autodisciplina son cualidades, entre otros, que exige el trabajo de profesor de yoga.